Hace 300 años, el 26 de enero de 1725, el Papa Benedicto XIII concedió al Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas la Bula de Aprobación Pontificia con la que la Iglesia universal abrazaba y refrendaba la obra iniciada en Reims (Francia) por Juan Bautista de La Salle.
Con motivo del Tricentenario de la Bula de Aprobación, el Hermano Hno. Josean Villalabeitia, vice postulador del Instituto, comparte algunas perspectivas para comprender el significado y la importancia de la Bula en nuestros días.
1. Consolidación del Instituto
El Hermano Timoteo, quien fuera el Superior General del Instituto en 1725 —y el segundo sucesor de San Juan Bautista de La Salle— se había empeñado en lograr el reconocimiento oficial y eclesiástico del Instituto “para la consolidación de nuestra pequeña comunidad…”.
No era un tema menor, pues al recibir las Cartas Patentes del rey Luis XIV, el 28 de septiembre de 1724, y la Bula de Aprobación, unos meses después, el naciente Instituto logró el reconocimiento jurídico y eclesiástico que le permitiría fortalecer su gestión y organización en orden a la misión educativa.
2. Fortalecimiento de la identidad laical
Uno de los frutos más importantes de la Bula de Aprobación del Instituto, tiene que ver con el fortalecimiento de su identidad laical. “Antes de la Bula había ya algunos puntos importantes en los que los Hermanos habían tratado de definir, de fijar, de descubrir un poco su identidad, lo que querían ser”, explica el Hno. Josean. “Sin ánimo de decirlos todos se me ocurre, por ejemplo, el Memorial del hábito, las dos fórmulas de consagración, del Voto Heroico y la de 1694, o las Reglas”.
De hecho, al referirse “en la Bula se habla del carácter laical del Instituto. Se dice que los Hermanos no aspirarán a las órdenes sagradas, al estado eclesiástico”, subraya el vice postulador del Instituto, al recordar que también “la Bula incorporó a la profesión de los Hermanos los tres votos clásicos de los religiosos: pobreza, castidad y obediencia”, que además “pasan de ser los tres votos originarios a los cinco que profesamos actualmente, aunque con algún cambio”.
Con todo, el Hno. Josean asevera que “la Bula es una invitación a seguir buscando respuestas para nuestra identidad en estos nuevos tiempos que nos está tocando vivir; respuestas que nos va a dar, nos va a insuflar de alguna manera el Espíritu Santo, a través de nuestras decisiones”.
3. Carácter evangelizador e invitación a la interioridad
Otro aspecto clave de la Bula de Aprobación es que “está muy preocupada por la catequesis, por el Evangelio, por los sacramentos, por la oración”, según afirma el Hno. Josean. Esta perspectiva cristiana permea la misión lasallista, pues la nuestra es “una escuela en definitiva cristiana” y “este es un tema que llega hasta nuestros días”.
Asimismo, la Bula también da una gran importancia a la vida de fe y a la vida comunitaria, “porque a aquellos Hermanos les preocupaban en aquel momento (…) la vida comunitaria y también en cierta medida (…) todo el tema de la interioridad, la oración, la meditación, y estos asuntos más directamente relacionados con espiritualidad”, concluye el religioso.
- Con motivo del Tricentenario de las Cartas Patentes y de la Bula de Aprobación del Instituto, se ha dispuesto una muestra virtual en LaSalle.Org que incluye documentos, fotografías e imágenes históricas. Se puede acceder a esta muestra AQUÍ.
- El Instituto ha lanzado el Concurso “Ser Educador Hoy” con motivo del 75.º Aniversario de la Proclamación de San Juan Bautista de La Salle como Patrono Universal de los Educadores. AQUÍ se pueden encontrar todas las informaciones para participar.
- En breve estará disponible en LaSalle.Org un micrositio con recursos para vivir el Año de la Espiritualidad Lasaliana, incluyendo artículos, publicaciones, materiales multimedia y reflexiones semanales sobre los escritos del Fundador. Visite lasalle.org y acompañe nuestras redes sociales.