Oremos por la paz
CONGREGATIO
PRO INSTITUTIS VITAE CONSECRATAE
ET SOCIETATIBUS VITAE APOSTOLICAE
Vaticano, 28 de febrero de 2022
Aquello que temiamos ha sucedido: la guerra ha regresado, una vez mas, por las calles y entre la gente; ha regresado en un continente que parecia haber aprendido de las atrocidades del pasado; ha regresado trayendo consigo el peligro de un nuevo conflicto mundial. Ha regresado y ha vuelto a presentar ante nuestros ojos el drama que viven millones de personas en otros lugares del mundo.
Unamonos a los hombres, mujeres y nifios que viven en Ucrania y en todos los Paises profundamente heridos por las guerras, o por enfrentamientos y actos de violencia internos. Confiemos a la Madre de Dios el sufrimiento, la vida y la muerte de tantos hermanos y hermanas nuestros que se ven afectados por el horror y la insensatez de la guerra, y hagamos nuestro el llamamiento del Papa Francisco «a hacer del pr6ximo 2 de marzo, Miércoles de Ceniza, una Jornada de ayuno por la paz» (Llamamiento, 23 de febrero de 2022).
Cuanto mas compartamos su dolor, mas intensificamos la oraci6n al Dios de la paz que se ha hecho cercano a nuestra vida, tiene compasi6n de la suerte de la humanidad herida (Papa Francisco, Angelus, 14 de febrero de 2021).
Lo sabemos bien: nunca habra vencidos o vencedores, sino s6lo hombres, mujeres y nifios devastados por el conflicto. Nuestras oraci6n es por la salvaci6n de todos, siguiendo el ejemplo de Cristo, que en la cruz ha abrazado al justo y al pecador, “que quiso unirse tanto a quien tiene raz6n corno a quien es culpable, que abraz6 a todos con un mismo amor... no con comprensi6n, sino con compasi6n (Antonij Bloom, exarca emérito del Patriarcado de Moscu para Europa occidental).
Siguiendo los pasos de numerosos santos fundadores y fundadoras, de tantos hombres y mujeres consagrados, creemos en el poder de la oraci6n, porque <debe rezar siempre, también cuando todo parece vano, cuando Dios parece sordo y mudo y nos parece que perdemos el tiempo. Incluso si el cielo se ofusca» (Papa Francisco, Audiencia generai, 11 de noviembre de 2020). Recemos para que cese la guerra, para que no triunfe una economia que mata, para que el amor reemplace al odio, la solidaridad a la indiferencia, para que el dialogo sea mas fuerte que las armas.
Lo pedimos en especial a las hermanas contemplativas, que, seguramente, en este tiempo ya estan ofreciendo su vida por la paz. Que la oraci6n incesante sea el coraz6n ardiente de cada uno, de cada una, y de todos. Recemos en soledad, en nuestras comunidades, convirtamonos en promotores de momentos de oraci6n, hagamoslo – alli donde sea posible – junto a los hermanos de las iglesias cristianas, acudiendo a ellos para expresarles nuestro deseo de fraternidad e invitemos a otros a la experiencia de oraci6n.
No nos cansemos de rezar. Con esa misma pasi6n realicemos gestos de paz alli donde estemos, junto a todo hombre y mujer de buena voluntad; dejémonos convertir por el Espiritu Santo para realizar obras de paz, para que nuestra vida hable y sea, con mansedumbre y verdad, testimonio de la misericordia que nos dona el Padre.
A Maria, Reina de la Paz, encomendamos juntos a toda Europa y el mundo entero.
João Braz Card. de Aviz
Prefecto
José Rodriguez Carballo, O.F.M.
Arzobispo Secretario