En el Sector de Pakistán, ocho Hermanos han renovado sus votos, a través de los cuales cada uno aporta experiencias y perspectivas únicas a su vocación, fortaleciendo colectivamente la misión lasaliana y reafirmando la dedicación a los principios de asociación, estabilidad, castidad, pobreza y obediencia. Este compromiso espiritual implica un continuo examen de conciencia y discernimiento para seguir comprometidos con la propia vocación y la misión del Instituto.
Con este espíritu de fe, los Hermanos Adan Malik, Nabeel Pius, Moon Gill, Taimoor Salvater, Zafar Iqbal, Qulb-e Noor, Jabran Bhatti y Sajawal Bhatti celebraron su compromiso en el retiro del Sector de Pakistán. El itinerario de cada Hermano refleja las diferentes maneras de vivir el carisma lasaliano y sus historias se entrelazan para crear un tapiz de fe, servicio y comunidad que caracteriza a los Hermanos de La Salle.
El Hermano Adan Malik subraya la importancia de experimentar la presencia de Cristo de un modo tan concreto que motive las relaciones personales: «Encontrarse con Jesús significa encontrarse cara a cara con el mejor amigo que jamás podría imaginar”.
La misma experiencia es compartida también por el Hermano Nabeel Pius, quien encuentra la presencia de Dios en su vida cotidiana, especialmente en sus interacciones con los alumnos. «[…] experimento a Dios en ellos, especialmente cuando siento que necesitan mi ayuda y mis cuidados».
La importancia de la vida comunitaria en la vocación de los Hermanos es especialmente destacada por el Hermano Moon Gill, quien afirma que: «Vivir en comunidad ha sido un canal de aprendizaje verdaderamente singular. El Hermano Moon encontró la alegría en servir a los demás y seguir el ejemplo del Fundador. Este sentido de comunidad y servicio es articulado aún más por el Hermano Taimoor Salvater, quien reflexiona sobre el espíritu del Instituto, y lo expresa así: «El espíritu de fe, servicio y comunidad hacen que nuestra vida sea única precisamente en nuestro servicio a los demás”.
El tema del crecimiento a través del ministerio lo ilustra también el Hermano Zafar Iqbal, profundamente interesado en el tema de las diferentes culturas, especialmente en vivir y trabajar en una sociedad predominantemente musulmana. Su experiencia subraya la adaptabilidad y apertura de los Hermanos a diferentes contextos: «Mi ministerio me hace crecer cada día en mi vocación cumpliendo con todas las responsabilidades que me han sido dadas por la gracia de Dios.
Esta apertura al crecimiento y a la formación es también evidente en el itinerario del Hermano Qulb-e Noor: «Estas expediciones de formación me han hecho más fuerte y más firme en mis convicciones, mi carácter moral y mi vocación.
El Hermano Jabran Bhatti subraya particularmente la tradición lasaliana y su enfoque educativo. Para él, el objetivo de la vida religiosa es «vivir una vida dedicada al crecimiento espiritual y al servicio de los demás», con especial atención a la educación y al servicio de los marginados.
La implicación activa del Hermano Sajawal Bhatti en la docencia y la formación demuestra la naturaleza polifacética del ministerio de los Hermanos y resume la alegría y el compromiso de los Hermanos: «Estoy muy contento de trabajar en la casa de formación y de enseñar en la escuela. Mi vida apostólica me ha fortalecido para seguir participando en esta sagrada misión de educación». El Hermano Sajawal subraya el papel del Espíritu Santo y del amor de Dios: «La obra del Espíritu Santo y el amor de Dios en mi itinerario religioso me han ayudado en mi compromiso cristiano y lasaliano”.
A través de estos itinerarios personales, emerge un hilo conductor común: un profundo compromiso con la misión educativa lasaliana, centrado especialmente en el servicio a los pobres y marginados. Los Hermanos entienden su vocación como una llamada a vivir el carisma de San Juan Bautista de La Salle, dedicándose al desarrollo espiritual y educativo de los jóvenes y al compromiso lasaliano de amar continuamente a Dios y ser sus servidores.