Nuevo Contexto de Aprendizaje, un modelo pedagógico con ADN lasaliano

“La Salle lleva en su ADN el gen de la innovación y su misión es ofrecer una respuesta a las necesidades que plantea la realidad que vive en cada momento”, así explica el Hno. Julio González Fernández, Visitador Auxiliar del Distrito Arlep (España y Portugal), los orígenes del modelo pedagógico Nuevo Contexto de Aprendizaje (NCA).

Fidelidad creativa

Como expresión de “fidelidad creativa”, el Hno. Julio enfatiza la importancia de “mantenernos fieles a nuestra identidad, nuestros valores, nuestra esencia, siendo creativos para adaptarnos al momento y al lugar en el que nos corresponde dar testimonio del legado de nuestro fundador, san Juan Bautista de La Salle”.

Por eso, para el Hno. Julio, quien también es el Director de la Red de Obras Educativas del Distrito Arlep, “el NCA es la respuesta al aquí y al ahora de la educación y es fruto de lo aprendido durante años en las aulas y de la observación de las inquietudes, tanto del alumnado como de los educadores y educadoras, que se sitúan en una sociedad cambiante que demanda una transformación global que, entendemos, podemos abordar desde la educación de los protagonistas del futuro”.

Desarrollo integral y pedagogía

“La persona como protagonista del proceso”, es la clave para comprender la esencia del modelo pedagógico, según explica el Hno. Julio: “es una propuesta educativa que busca el desarrollo integral de la persona: el ser, el saber, el saber hacer, y que tiene como objetivo último la construcción de personas capaces de transformar el mundo”. Ante esto, “el NCA nace de la reflexión conjunta como institución y de la investigación profunda y supone un cambio de la cultura de la educación a largo plazo, que implica transformar cómo se enseña para lograr transformar cómo se aprende, unido a la transformación de cómo evaluamos la adquisición de lo aprendido”.

Concretamente, cinco son los principios pedagógicos en los que se fundamenta el modelo y que operan como ejes transversales del proceso formativo: interioridad; construcción del pensamiento; conducta y actividad autorregulada; mente, cuerpo, movimiento; y dimensión social del aprendizaje.

“A partir de aquí, se ofrecen distintos contextos de aprendizaje que se han llamado ámbitos pedagógicos, que se han adaptado a las distintas etapas educativas y que buscan ser los momentos que posibilitan el desarrollo de las dimensiones de la persona”, sostiene el Hno. Julio, al insistir que el NCA “permite descubrir otras potencialidades del alumnado, siendo una experiencia que se sustenta en la participación de niños, niñas y jóvenes en su propio aprendizaje, focalizándose en progresar como persona y hacerlo, además, de forma personalizada”. En efecto, uno de sus frutos más visibles es que los estudiantes “se sientan parte de su crecimiento personal y conscientes de sus logros para compartirlos”.

Tecnología con criterio

 Por otra parte, al reconocer que la tecnología “es parte de nuestro día a día”, así como su impacto en las nuevas generaciones que “ya han nacido en una sociedad digital y son nativos de un lenguaje y una cultura tecnológica”, el Hno. Julio explica que “desde la responsabilidad, y conscientes de la necesidad de educar en el buen uso de la misma, la tecnología es una herramienta presente en el modelo NCA e integrada en el mismo como algo más que ayuda en el aprendizaje”, pero sin llegar a absolutizarla de forma protagonista o única.

“Dentro de las diferentes actividades propuestas en los distintos ámbitos, y valorando la edad de los protagonistas, se incorporan herramientas, dispositivos, aplicaciones que contribuyan a la mejora de distintas capacidades o ayuden en el proceso de aprendizaje”, continúa el religioso lasaliano.

Con todo, también es claro que “en un mundo como el actual, la tecnología nos propone retos”, y ello implica también “abrirnos a las posibilidades que nos brinda y dejarnos empapar por todo lo bueno que nos ofrece”.

Un modelo compartido

“El modelo, que comenzó hace ya años con experiencias piloto en algunas de las obras educativas del Distrito Arlep, se ha ido implantando progresivamente en todas las obras educativas de La Salle en España, abarcando todas las etapas educativas, desde el primer ciclo de educación infantil hasta la universidad, contemplando también las obras socioeducativas”.

Incluso, más allá de la geografía lasallista, el Hno. Julio manifiesta que “siempre que tenemos oportunidad de dar a conocer nuestra propuesta pedagógica, tanto dentro de nuestra Familia Lasaliana como en otros ámbitos educativos, como es el caso de la Fundación Lucas Onderwijs, para nosotros es un orgullo y una responsabilidad, porque queremos ayudar a otros en su proceso de reflexión sobre cómo ofrecer la mejor respuesta a nuestros niños, niñas y jóvenes desde los valores y la identidad, el momento y la realidad de cada una de las entidades que se acercan a nosotros está viviendo”.

Este año la Fundación Lucas Onderwijs, una de las principales instituciones en la organización educativa de los Países Bajos, mostraron su interés por conocer el modelo pedagógico NCA de La Salle. A finales de septiembre se concretó un encuentro presencial en Madrid (España), para socializar el modelo y ver su funcionamiento en la práctica.

“El NCA es la respuesta de La Salle, apoyada en nuestra tradición, nuestra identidad, nuestros valores, y lo que podemos ofrecer; más que un modelo, es una puerta abierta a ese proceso reflexivo que a todos nos compete como responsables de guiar en su crecimiento como personas a aquellos a los que les tocará afrontar el futuro y trabajar por una sociedad mejor para todos”, concluye el Hno. Julio.

* Artículo elaborado con la colaboración del Distrito Arlep.