Entre los miembros de la Familia Lasaliana están las personas afiliadas al Instituto. La persona afiliada expresa este deseo y/o es reconocida como alguien que ha ayudado al Instituto en su misión. Así mismo, manifiesta un gran aprecio en lo relativo a la espiritualidad Lasaliana.
La afiliación al Instituto compete al H. Superior y su Consejo. Estos pueden obrar “motu proprio”, pero por lo general, no intervienen sino para dar respuesta a una solicitud hecha por una Región o un Distrito.
La solicitud de Afiliación es respaldada por testimonios pertinentes de la comunidad local y sometida primero al Consejo de Distrito. El expediente, apoyado y con el parecer de dicho Consejo, es transmitido al H. Superior.
Tras la aprobación, la Casa Generalicia envía un Diploma de afiliación y lo envían al H. Visitador para que se haga llegar al interesado en alguna celebración digna de este reconocimiento.
En el diploma se expresa la razón de ser de la Afiliación con estas palabra:
“El que suscribe, Superior General de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, reconoce con alegría y gratitud su notable compromiso a favor de nuestro Instituto, la calidad de su vida personal animada de la espiritualidad Lasaliana, y su participación activa en nuestra obra educativa.
Junto con mi Consejo, queremos señalar nuestro reconocimiento asociándole más estrechamente a nuestra familia religiosa y entregándole el presente Diploma de Afiliación. Como afiliado/a, está comprometido en la Misión Lasaliana y de los Hermanos del Instituto, y cuando el Señor le llama a Él, se beneficiará de la intercesión regular realizada por nuestro Instituto a favor de nuestros Hermanos y Afiliados difuntos.
Que el Señor, en su bondad, confirme esta Afiliación y, por intercesión de S. Juan Bautista de la Salle, lo colme de sus bendiciones”