Antes de concluir el 2024, el Papa Francisco ha enviado un “saludo de cercanía espiritual” a la comunidad educativa y a los jóvenes de la Universidad de Belén, a través de una carta dirigida al Hno. Héctor Hernán Santos, Rector de la Universidad, fechada el 19 de diciembre.
En el contexto del inicio del Año Jubilar el Obispo de Roma ofrece sus oraciones por los colaboradores y estudiantes de la Universidad, para que el Jubileo y la Natividad del Señor, “que significa vida nueva, esperanza y reconciliación”, sean también una oportunidad “de renovación espiritual y de fortalecimiento de la perseverancia en su vocación de ser alegres discípulos de Cristo”.
Compartir el don de la fe
De modo particular, el Papa se dirige a los jóvenes de la Universidad de Belén invitándolos a “guardar siempre el precioso don de la fe, no como algo que hay que esconder, sino como un tesoro que hay que compartir con los demás”.
Por eso —continúa Francisco— “aunque en su juventud algunas veces se sientan débiles, confusos o incluso desilusionados, confíenlo todo a Jesús en la oración, porque Él es la fuente de la esperanza duradera”.
Jesús es motivo de esperanza para los jóvenes, y “la esperanza no defrauda” (Rm 5,5). Lo sabe muy bien el Papa cuando insiste a los estudiantes de la Universidad de Belén en que “su juventud merece la pena”, recordándoles que “así no privarás al mundo de ese aporte que sólo tú puedes hacerle, siendo único e irrepetible como eres”.
En lugar de “ir solos” por la vida y aislarse, el Pontífice exhorta a los jóvenes lasalianos de la Universidad de Belén a “fomentar los lazos de amistad académica y social, que son un precioso legado en sus años de estudiantes”, y que implica también hacer “grandes sacrificios por los demás y por la comunidad”.
Ante la violencia, ser ejemplos de solidaridad
“Nuestra familia humana necesita ejemplos de solidaridad llena de esperanza en el actual contexto de violencia que afecta a tantos de nuestros hermanos y hermanas”, asegura el Papa Francisco, confiando en que “el testimonio entusiasta de los valores perennes del Evangelio servirá de ejemplo a los líderes religiosos y políticos de distintas creencias y tradiciones”.
Finalmente, el Papa anima a los jóvenes de la Universidad de Belén a “construir un futuro de diálogo, comprensión mutua, armonía fraterna y justicia para todos”. Una tarea que también debemos asumir todos los lasalianos.