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La carta pastoral para el año que termina, escrita por el Hermano Robert Schieler, Superior General, comienza recordando algunas palabras de la Circular 455: “la necesidad de una auténtica vida interior y comunitaria […] para vivir nuestra fraternidad en la sencillez del Evangelio”.

Esta carta pastoral se centra sobre todo en la virtud de la esperanza como motor y prioridad del 46º Capítulo General. Una esperanza que atraviesa el difícil presente y la crisis mundial que la pandemia está provocando en todo el mundo. “Quien tiene esperanza vive de manera diferente; […] un Hermano lleno de esperanza cristiana no sólo vive de manera diferente, sino supone una diferencia en la vida de los demás”.

Esperanza y oración, por tanto, porque “para llegar a ser hombres de esperanza cristiana debemos ser hombres de oración”, escribe el Hermano Robert. La fuente de nuestra esperanza son los Hermanos, jóvenes y mayores, y los que difunden la Buena Noticia por todo el mundo. “Juan Bautista de La Salle encarnó este sentido de la esperanza. Sigue siendo nuestra inspiración”, dice el Hermano Robert en otro pasaje de su carta pastoral. Inspiración que, una vez más, deberá guiar el trabajo de los Delegados al 46º Capítulo General, para que “tomen decisiones valientes para renovar el rostro del Instituto”.