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Ante la sensible partida a la Casa del Padre del Hno. Miguel Adolfo Campos Mariño, el pasado 4 de enero de 2024, a los 85 años de edad, el Hno. Armin Luistro, Superior General del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, y el Consejo General, encomendaron a la Oficina de Patrimonio Lasallista e Investigación la elaboración de una Circular In memoriam de quien fuera Consejero General del Instituto entre 2000 y 2007, y uno de los más insignes investigadores lasalianos.

Esta Circular 479 es el resultado de un profundo y delicado trabajo colaborativo que contó con la participación de la Prof. Lisa Jarvine, el Hno. Robert Comte, el Hno. William Mann, el Hno. Diego Muñoz, el Hno. Álvaro Rodríguez, y el Hno. Robert Schieler, quienes conocieron de cerca y compartieron diversos momentos de la vida del Hno. Miguel.

Desde su infancia y camino vocacional en su natal Cuba, hasta sus últimos años al servicio del Instituto y sus últimos pasos en De La Salle Hall Residence in Lincroft, Nueva Jersey (Estados Unidos), esta Circular presenta a los largo de sus 62 páginas, una semblanza detallada del Hno. Miguel y su ministerio, que incluye sus tiempos de estudiante de teología, sus primeros años como Hermano, el periodo en que se formó en Roma y se tornó en uno de los investigadores que contribuyó a impulsar los estudios lasalianos, así como sus tiempos de educador y pastoralista en los Estados Unidos, su retorno a Cuba —donde se integró a la misión lasaliana entre 1998 y 2000—, y su servicio al Instituto como Consejero General durante el primer periodo del Hno. Álvaro Rodríguez como Superior General.

El Hno. Álvaro Rodríguez recuerda con estas palabras la huella que dejó en él el Hno. Miguel:

Cuando en el 43.° Capítulo General del año 2000 decía a los Hermanos capitulares, en mis primeras palabras como Superior, que ‘ser Hermanos es nuestro secreto, nuestra fuerza, nuestra mayor riqueza’, no contaba con experimentarlo de una manera profunda y concreta con la presencia cercana y fraterna del Hermano Miguel Campos, como parte del equipo que me iba a acompañar durante siete años. Anteriormente, ya había tenido oportunidad de conocerlo y admirarlo en algunos encuentros para formadores o Visitadores, o a través de sus libros y alguna de sus disertaciones… Siempre encontré en Miguel al amigo preocupado de mi persona, y no solamente de mi ministerio. Durante estos años y, posteriormente, cuando dejó Roma, me compartió sus ideas, preocupaciones, alegrías y esperanzas en relación al Instituto, que mucho me ayudaron en mis intervenciones y escritos para los Hermanos y los demás miembros de nuestra Familia Lasallista.

Damos gracias a Dios por la vida, el testimonio y el legado del Hno. Miguel Campos. Que esta Circular sea una oportunidad para honrar su memoria y agradecer al Dios de la vida su vasta contribución al Instituto.