Breve biografía
Adolphe Chatillón nació en Nicolet, de Québec, el 31 de octubre de 1871. Creció con unos padres cristianos convencidos: Octave Hardy-Chatillón y Alama Alexandre. Además de Adolphe, Hermano de las Escuelas Cristianas, esta familia dio a la Iglesia a Edmond, sacerdote secular, y Robert, Oblato de María Inmaculada. Édouard, esposo de J. Desaulniers, fundó una familia de 5 hijos. Octavie casada con Honorius Ricard, médico, tuvo también una feliz descendencia.
Huérfano a sus nueve años, Adolphe fue puesto en pensión en Baie-du-Febvre luego en Yamachiche. Con trece años, en febrero de 1884, se presentó al noviciado menor de Montreal para ser Hermano. El 26 de julio de 1887, inicia su noviciado bajo el nombre de Hno. Théophanius-Léo
Profesor esmerado
Los talentos y la entrega del joven profesor no tardaron en llamar la atención de sus Superiores. Se ingeniaba para hacer su enseñanza lo más viva posible. Tomaba un tiempo mayor en ayudar a aquellos que tenía ciertas dificultades. Prestaba una atención particular para hacer atractiva la enseñanza del catecismo.
Su amor por los jóvenes
En Lachine, en 1904, llamado a remplazar al director, que era muy bien considerado por el personal docente y por los alumnos, su tacto triunfó de la difícil situación.
En 1907, recibía una obediencia para dirigir la escuela Santa Cunegunda, en Montreal. Desde el comienzo del año, manifestó entusiasmo y entrega hacia los jóvenes. Su sencillez y su afabilidad le hicieron ganar los corazones. La bondad parece haber sido la inclinación de su gran corazón. Además había tomado como lema: “Hacer feliz para hacer mejor”.
Tres meses después de su llegada a la escuela Santa Cunegunda, fue abatido por una enfermedad; quienes le rodeaban pensaron que iba a morir. Una oración intensa de su entorno le devolvió la salud, pero tuvo que alejarse de aquellos que amaba y someterse a una larga convalecencia.
Formación de los jóvenes religiosos
El Hermano Théophanius ocupó dicha convalecencia en dar algunas lecciones de canto y de liturgia a los novicios. ¿Sería consciente de que realizando ese trabajo voluntariamente, se preparaba para asumir la dirección del noviciado cuatro años más tarde?
“Mi misión con estos jóvenes es la de ayudarles a formarse; estoy aquí para mostrarles cómo hacer; mi papel es el de guiarlos para que actúen por sí mismos y sin ayuda, tan pronto como sea posible”. “Durante vuestro noviciado, decía a los jóvenes, una idea fuerte, cargada con todas las energías de vuestra alma, debe dominarles; es ésta: quiero ser el amigo de Jesús, el hijo de María y el héroe de las almas”. La armonía era perfecta entre sus palabras y sus acciones. El trabajo de formador religioso no era nada descansado. Le dedicó once años consecutivos (1912-1923) a los cuales se pueden añadir sus años como subdirector, de 1908 a 1912.
En 1923, fue llamado a visitar las casas de formación de América del Norte. Trabajo agravado por las largas distancias de los viajes y los dolorosos ataques de la enfermedad que contraería.
Enfermo edificante
En noviembre de 1928, el Hermano Théophanius asistió en Bélgica al Capítulo General de su comunidad como presidente de la comisión encargada de estudiar la observancia de las Reglas. Debido a un cáncer de intestino, sintió una gran fatiga. Fue llevado a París para sufrir una seria intervención que no obtuvo el resultado esperado.
A principios de marzo de 1929, se sintió capaz de arriesgarse al viaje de regreso en barco, en compañía de un buen enfermero, para volver a su medio de vida, el “Mont-De-La-Salle”
Durante todo el tiempo de su enfermedad, fue un paciente orante, sonriente y valiente. Acudían junto a su lecho en peregrinación. Hasta tal punto que su habitación era una especie de oratorio de donde todos salían mejores. Se extinguió apaciblemente rodeado de los suyos, el domingo 28 de abril de 1929.
Su irradiación
Después de la muerte del Hermano Théophanius, varias personas han sido objeto de favores, algunos de los cuales resultan muy notables. El Hermano Théophanius-Léo vivió más de la mitad de su vida con la juventud: todos, jóvenes o no, pueden esperar ser los felices beneficiarios de su crédito ante Dios.
El proceso diocesano para introducir su causa en Roma finalizó el 31 de marzo de 1990. La “Positio”, documento que servirá para demostrar la heroicidad de sus virtudes, está ahora lista para ser presentada a la Congregación de los Santos. Que Dios nos obtenga, por intercesión de su servidor Théophanius-Léo Chatillón, un milagro que aceleraría su beatificación.
(Hno. Gérard Champagne, F.S.C.).
Oración para pedir la beatificación del siervo de Dios, Hermano Adolphe Chatillón
Dios eterno y todopoderoso que muestras una notable predilección por los humildes y los pequeños, acepta favorablemente las oraciones que te dirigimos para la glorificación de tu servidor Adolphe Chatillón.
Si es tu deseo y tu mayor gloria, concédenos el favor que te pedimos por su intercesión [mencionar la intención] y dígnate apresurar el día en que nos sea permitido honrar públicamente a este apóstol del Corazón de Jesús y gran devoto de la Virgen María.
(Autorización de Mons. Paul Grégoire, arzobispo de Montreal. N.P. 15/1987)
Las personas que reciban alguna gracia, favor o curación por intercesión del Hermano Théophanius-Léo por favor comuníquenlo a:
Frère Yvon Larente, vice-postulateur
5714, avenue Darlington
Montréal (Québec) H3S 2H7
En esta misma dirección se pueden obtener imágenes, folletos o boletines referentes al Hermano Théophanius-Léo